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Ahogado en el tramo final

La SD Huesca obtuvo un excesivo castigo en la visita de un Alavés que llegó mejor al desenlace de un partido bronco y de escaso fútbol.

Se sabía que el mes de marzo con su complicado calendario iba a ser duro. Empezó bien con la victoria contra el Sevilla, pero ha continuado con dos derrotas, frente al Getafe y el Alavés. En ambas mirando el lado bueno, la SD Huesca ha dado la cara y ha estado cerca de puntuar, aunque eso a estas alturas del campeonato sepa a más bien poco. Máxime, cuando la premisa al inicio del encuentro ayer contra los vascos era que un triunfo podía hacer que se cerrase la jornada 28 a solo un punto de la salvación antes del parón liguero de la próxima semana. Ahora habrá que esperar a que la cota no suba de los cuatro puntos y teniendo en cuenta que en el horizonte asoma el Santiago Bernabéu.

El partido fue feo, aspero, y quizá el castigo ante el quinto clasificado excesivo, pero también es verdad que los visitantes supieron jugar el tramo final mejor, quizá por eso, entre otras cosas, un conjunto que como el Huesca arrancó la competición buscando la salvación ahora esté mirando a la Champions League.

Después de una semana marcada por las incógnitas acerca de qué jugadores estarían disponibles. Finalmente, sin Akapo, Etxeita, Galán y Musto, Francisco tuvo que presentar forzadamente novedades en su alineación. Ante la disponibilidad de tan solo cuatro defensas naturales, incluido Mantovani, el central llegado cedido desde Las Palmas el miércoles y que debutó como titular aún con el moreno canario en su piel, y el hecho de que el esquema con dos carrileros y tres centrales es inamovible, Ferreiro, convertido en las últimas jornadas en un chicho para todo, se situó en el lateral zurdo. Además, Gallar, por primera vez desde el 1 de diciembre cuando se visitó al Celta, fue de la partida.

Había apuntado el técnico azulgrana, en la grada cumpliendo el primero de sus dos partidos de sanción, que los suyos iban a tener más presencia con el balón que en su anterior compromiso en Getafe, porque para hacer daño a los vascos era necesario menear su petrea muralla. Sin embargo, en los primeros compases el dominio fue foraneo con el ataque volcado por su banda derecha, la que ocupa Inui y la que defendía Ferreiro. Por su parte, los locales buscaban con balones largos la cabeza de Enric Gallego y la velocidad de Chimy Ávila.

Todo transcurría dentro de unos cauces sin grandes sobresaltos, cuando la contienda pasó de 0 a 100 en cuestión de segundos. Un lanzamiento de falta de los de Abelardo acabó en un remate de Ximo Navarro que Santamaría desvió a córner. Cuando se iba a proceder al saque de esquina, el VAR entró en acción revisando la jugada anterior. Había habido una mano de Mantovani y Undiano Mallenco decretó el penalti enerbando los ánimos de la grada, que ya había silbado en los prolegómenos del encuentro las habituales explicaciones acerca del funcionamiento del videoarbitraje y que llegaba sensibilizada tras el penalti no señalado a Musto en el Alfonso Pérez y el comunicado posterior del club mostrando su enfado por los errores arbitrales que lleva sufriendo a lo largo del cuso. Calleri no falló y puso a los suyos por delante.

Poco les duró la alegría a los visitantes, cuatro minutos después, y antes de que se cumpliese el primer cuarto de hora de juego, llegó la respuesta azulgrana de forma muy similar. Ximo Navarro, defensa babazorro, golpeó el esférico también con la mano y Chimy Ávila no falló desde los once metros.

Miramón había forzado para poder estar disponible a pesar de arrastrar una lesión en el bíceps femoral. El gesto había sido digno de loa, pero el zaragozano no llegó a los treinta minutos de partido antes de tener que echarse al césped y tener que pedir el cambio. La exigencia había sido importante y su musculatura se resintió. Lo sustituyo otro que había acortado los plazos de su recuperación, Christian Rivera, que hace tan solo quince días había sido operado en un codo. La entrada del asturiano hizo que Herrera se reubicase como lateral derecho.

Al descanso se llegó sin que el marcador se volviese a mover y sin que se produjesen ocasiones realmente peligrosas. El partido era bronco, feo a la vista, y el balón pasaba mucho tiempo por las alturas yendo y viendo de un área a otra con los futbolistas cayendose por todo lo largo del campo. Laguardia, aragonés enrolado en el Alavés, vio una amarilla y también Ferreiro; supieron a poco en cuanto a número. En esa tesitura, el Huesca parecía sentirse más cómodo aprovechando la velocidad de Gallar y el poso de Enric Gallego y Chimy.

La receta empleada por sus contrincantes fue la que usó en la reanudación los vitorianos para meter algo de miedo. Un balón largo dejó solo ante Santamaría a Bastón, que envió el balón a la red, pero estaba en claro fuera de juego. Los vascos habían adelantado sus líneas y encerraban al Huesca en su campo sin encontrar el camino hacia la meta de Pachecho, que cumplía su partido número cien con el Alavés en el mismo terreno de juego en el que había debutado.

Una contra iniciada con un robo de Pulido en el centro del campo abrió la cerradura. Chimy Ávila la puso desde la izquierda y Gallar, con todo de cara para adelantar a los suyos, envió el balón al soleado cielo oscense que de hecho cerca estuvo de costarle un disgusto a Mantovani en un despeje al cegarle. Se necesitaban nuevas energías y el extremo catalán cedió su sitio a Cucho Hernández, que en los últimos partidos ha pasado de ser el ‘9’ de referencia a dinamizador en las segundas partes. Pronto cumplió con su papel protagonizando un larguero.

También los vitorianos movían ficha. Bastón se fue a la ducha agotado de bregar con los centrales oscenses y Guidetti le recogió el testigo. Una combinación entre el recién entrado en el campo y Jony, un jugador que tanto dolor de cabeza había causado en la ida en Mendizorroza, acabó con un disparo franco del extremo que no fue entre los tres palos. El siguiente de los visitantes en despojarse del chandal fue Manu que ocupó el lugar de Darko Brasanac. Ahora, el viento soplaba a favor de los de Abelardo que en un córner festejaron el 1-2.

El centro fue alto, Maripán golpeo con la cabeza y en el palo largo sorprendió Guidetti. Por delante, diez minutos.

El Huesca optó entonces por gastar su última sustitución. Se fue Moi Gómez, de nuevo brújula en el centro del campo, y llegó Juanpi Añor. Rivera lo intentó desde fuera del área y se pidió una nueva mano. No se consideró y cinco minutos después llegó la puntilla. En una contra, Calleri puso el cruel punto final.

SD Huesca 1-Deportivo Alavés 3

SD Huesca: Santamaría; Miramón (Rivera, 27), Mantovani, Diéguez, Pulido, Ferreiro; Gallar (Cucho Hernández, 60), Herrera, Moi Gómez (Juanpi, 81); Chimy Ávila y Enric Gallego.

Deportivo Alavés: Pacheco; Ximo Navarro, Laguardia, Maripan, Martín; Inui, Darko (Manu, 77), Pina, Jony (Wakaso, 84); Borja Bastón (Guidetti, 72) y Calleri.

Goles: 0-1, min. 10: Calleri. 1-1, min. 14: Chimy Ávila. 1-2, min. 80: Guidetti. 1-3, min. 85: Calleri.

Árbittro: Undiano Mallenco (Comité Navarro). Amonestó a los locales Ferreiro (37) y a los visitantes Laguardia (32).

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